Para Morales, gordura afecta a Alan García

Mandatario boliviano lo llama también “vende patria” por considerarlo neoliberal. Primer ministro, Yehude Simon, lamenta que las ideas se respondan con adjetivos.
Autor: Patricia Kadena


Evo Morales es el único jefe de Estado que ha jugado una “pichanguita” en una cancha peruana, pero también es, junto con Hugo Chávez, el único mandatario que, en los últimos años, ha acumulado un rosario de expresiones ofensivas contra nuestro país y, específicamente, contra Alan García.

Las agencias de noticias atiborraron ayer las redacciones de los medios de comunicación con cables que contenían sus más recientes y polémicas declaraciones: “Al presidente de Perú, Alan García, tal vez la mucha gordura le está afectando y no está bien informado. Bolivia nunca, jamás, va a renunciar al retorno soberano al mar”.

Esta era, obviamente, una reacción a las afirmaciones que el mandatario peruano hizo en la víspera cuando aseveró que “Bolivia hace rato que renunció a su salida al mar”.

Morales aseguró que García está equivocado, pues su país continuará en su lucha, pacíficamente y por la vía del diálogo, para obtener un acceso al Océano Pacífico. Inmediatamente después, exhortó al mandatario peruano a “no crear, con sus declaraciones, conflicto en la región”.

No obstante, él mismo se preocupó por atizar el enfrentamiento al afirmar que “el legítimo derecho del pueblo peruano (de recurrir a la Corte Internacional de La Haya por el diferendo marítimo con Chile) está siendo utilizado por un presidente para recuperar su imagen. Acá no necesitamos eso”.

También marcó sus diferencias con el jefe de Estado del Perú, a quien lo tildó de neoliberal. Sostuvo –según Reuters– que ese término en Bolivia se conoce como “vende patria”.

Pero él no fue el único que respondió en Bolivia. El canciller David Choquehuanca manifestó, en una conferencia de prensa, que las declaraciones del presidente García son “poco serias, poco responsables y poco respetuosas”, y adelantó que enviará una nota de protesta formal a la Cancillería de nuestro país.

Agregó que la aspiración boliviana de una salida al mar es irrenunciable y que, incluso, fue incluida en un artículo de su Carta Magna. “Tal vez tendríamos que mandar de regalo nuestra Constitución Política del Estado al presidente del Perú para que él pueda informar cuál es nuestra posición en relación con el tema marítimo”, comentó con ironía.

LAMENTABLE. Después de escuchar al presidente Morales, el primer ministro del Perú, Yehude Simon, lamentó que las ideas se rebatan con adjetivos, y prefirió no dar una respuesta confrontacional sino, por el contrario, resaltó el respeto del Gobierno peruano al pueblo boliviano.

En la misma línea, el ministro de Defensa, Ántero Flores-Aráoz, pidió no generar fricciones ni “malograr” el reforzamiento de las relaciones bilaterales en el sector, “que es auspiciosa, pese a los problemas que pueden haber en la coyuntura”.

Ciertamente, el titular de este sector buscó bajar las tensiones, pues acababa de condecorar a su homólogo boliviano Walker San Miguel, quien comentó escuetamente que la salida al mar es una prioridad en la política exterior de su país.

El presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Congreso, Santiago Fujimori, respondió que las declaraciones del mandatario boliviano no son serias, e indicó que en este caso no cabe hacer ninguna expresión de protesta porque “no se puede responder a este tipo de bajezas”.

A quien no le sorprendió la respuesta boliviana fue al analista internacional Ernesto Velit, quien consideró que el presidente García cometió una imprudencia cuando se refirió al tema de la salida al mar de Bolivia y dijo, sin sustento, que ese país había renunciado a esa pretensión. Agregó que el Perú debe ser muy cuidadoso cuando se refiere al presidente Evo Morales, “a quien Chile lo quiere utilizar como un instrumento oportunista”