El robo de vehículos forma parte de un círculo vicioso que empieza casi siempre con la demanda de una parte del auto en algún lugar, como San Jacinto, y culmina con un robo y la entrega del pedido. Regla básica del mercado: mientras haya demanda y buenos precios, la oferta subsistirá.
De acuerdo con las estadísticas de la División de Prevención de Robo de Vehículos de la Policía (Diprove), durante el 2008 se robaron en Lima 7.330 unidades, 25% más que el 2007, en que la cifra alcanzó los 5.879. Junto al incremento de las ventas de autos nuevos se ha intensificado también el robo de los mismos.
Así, del total de vehículos sustraídos, 3.470 fueron autos, el 70% correspondió a los modelos Toyota Tercel, Yaris y Corolla y Nissan Sunny y Sentra; en otros 710 casos se trató de camionetas pick up (Hilux, Mitsubishi). Otros modelos preferidos por los delincuentes fueron las Nissan Frontier (142 unidades) y la Mitsubishi Montero (144).
Si hacemos un cálculo rápido, es como si cada semana del 2008 se hubieran robado unos ocho Toyota Yaris y diez Toyota Hilux. Todo indica que esta tendencia continuará este año, aseguran sin remordimiento en la Diprove.
Hasta hace unos años los engreídos de las 42 bandas de asaltantes identificadas por la policía eran las station wagon, pero ahora los robos han revertido en autos populares, como el Toyota Yaris. Según la Asociación de Representantes Automotrices del Perú (Araper), este modelo fue el auto más vendido del año pasado: 9.071 unidades.
Los asaltantes han puesto sus ojos, además, en autos cada vez más caros y nuevos. De ello no solo dan cuenta las cifras de la policía, sino también las de la Asociación Peruana de Empresas de Seguros (Apeseg). En el 2005 el monto de vehículos robados asegurados fue de 6,3 millones de dólares; cinco años después esta cifra se ha septuplicado: el 2008 se robaron 35 millones de dólares en vehículos asegurados.
LAS PRIMAS SUBIERON
Con el incremento de robos de vehículos como el Toyota Yaris, las primas de los seguros de estas unidades se han disparado. Por ejemplo, hasta noviembre del año pasado, para asegurar un Yaris valorizado en 13 mil dólares se pagaba 486 dólares (incluido el IGV); sin embargo, desde esa fecha la prima aumentó en casi un 50%. Ahora por el mismo modelo se debe pagar en promedio 717 dólares.
Esta alza incluye también a los autos modelo Mazda 3, Volkswagen Golf y al Subaru Impreza.
Adicionalmente, las aseguradoras están adoptando otras medidas de seguridad antes reservadas solo para las 4×4: exigen la instalación de un GPS. La compra del equipo (190 dólares), así como el pago anual de su mantenimiento (estimado en 285 dólares) es cancelado por los propietarios. Este equipo se instala en un lugar dentro del vehículo que ni el propietario ni la aseguradora conocen. Se activa únicamente en caso de robos.
¿DÓNDE TERMINAN?
Tanto la policía como Apeseg aseguran que con más frecuencia están surgiendo organizaciones criminales internacionales dedicadas a robar vehículos para comercializarlos en las fronteras. “Se modifican las características exteriores y se altera la identificación del motor y del chasís”, explican.
Los vehículos que se roban tienen diferentes usos y destinos. No todos los vehículos acaban desmantelados. Se roban unidades a pedido para llevárselas a los países vecinos, como Ecuador y Bolivia, donde son vendidos luego de clonarlos (duplican la tarjeta de propiedad, emplean placas falsas y modifican el número del motor). Estas bandas se retroalimentan: roban para bandas de secuestradores o asaltantes.
La policía sostiene —aunque no precisa las cantidades— que un grupo importante de las camionetas robadas van a zonas del narcotráfico, como el Huallaga o el VRAE. El mercado ilegal de autos ha diversificado sus usos y destinos. Incluso, muchos vehículos robados en Lima han sido localizados en Paraguay.
“Hay insuficiencia de repuestos para la cantidad de modelos y marcas que se venden en el Perú, es un parque automotor chico y se tiene un montón de marcas, aquí se encuentran más marcas que en Miami”, dice Raúl de Andreas. Esto es una manera, aunque involuntaria, de promover el mercado ilegal. Una forma de combatir la delincuencia y el mercado legal sería que “ cada modelo que ingresa al Perú venga con suficientes repuestos para atender la demanda”. Los repuestos en un distribuidor formal pueden costar tres o cuatro veces más que en Tacora o San Jacinto.
SEPA MÁS
Tenga cuidado
Dick Jhonatan Mendoza Ramos (27) es una de las personas denunciadas por la policía por participar en unos 40 actos de extorsión.
Según la misma policía, trabaja en San Jacinto, desde donde llama a sus víctimas para ofrecerles la entrega de su vehículo robado a cambio de una recompensa. Generalmente le entregan el dinero y él desaparece sin devolver el carro. Estaba con arresto domiciliario, pero se escapó. La foto fue tomada por la División de Investigación de Secuestros de la PNP.
PERU: Se incrementa el robo de autos Yaris, Corolla y Nissan Sentra
domingo, 8 de febrero de 2009Etiquetas: DELINCUENCIA, MAZDA, NEWS, NISSAN, NOTICIAS, ROBO, SAN JACINTO, TOYOTA
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